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- Durante la Q2, el piloto asturiano logró clasificarse en séptima posición, aunque para ello tuvo que arriesgar y realizar su vuelta más crítica al final de la sesión, lo que podría haberlo dejado fuera en caso de una bandera amarilla.
El desempeño de Fernando Alonso ha sido un reflejo de altos y bajos, un ciclo de expectativas no cumplidas. La clasificación comenzó con optimismo; el resultado de la Q1 generó ilusiones, pero el tiempo avanzó y las posibilidades de Aston Martin fueron disminuyendo.
Durante la Q2, el piloto asturiano logró clasificarse en séptima posición, aunque para ello tuvo que arriesgar y realizar su vuelta más crítica al final de la sesión, lo que podría haberlo dejado fuera en caso de una bandera amarilla. En la Q3, no logró competir al mismo nivel que sus rivales, finalizando en la decima plaza.
Este resultado podría ser considerado desalentador, especialmente tras las expectativas generadas durante las sesiones de entrenamientos. Sin embargo, Alonso guarda una carta bajo la manga.
“Hemos tomado decisiones respecto a los neumáticos priorizando más la carrera que la clasificación, guardando dos neumáticos duros para mañana. Algunos de nuestros rivales no contarán con dos neumáticos duros. Buscaremos aprovechar esa ventaja si la carrera se desarrolla con dos paradas”, comentó.
Alonso cuenta con la ventaja de tener dos juegos nuevos de neumáticos duros, crucial si la degradación es alta: “Si la estrategia es de una parada, todos utilizaremos los mismos neumáticos.”
Es un enfoque arriesgado, pero también brinda una mayor flexibilidad para elaborar una estrategia sólida para el Gran Premio de Países Bajos.
