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- También insinúa que Puigdemont empieza a mostrar inquietud por promesas no cumplidas sobre su regreso a Cataluña, y en este contexto, el gesto de Illa se presenta como una nueva forma de consolidar su deuda política tras las elecciones de 2023.
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Carlos Alsina ha comenzado su programa con un monólogo donde aborda el reciente encuentro en Bruselas entre Salvador Illa y Carles Puigdemont. Este gesto político, como ha señalado, carece de explicaciones claras. “La política española es berlanguiana”, ha afirmado Alsina, aludiendo a una famosa escena de Bienvenido, Mister Marshall, en la que Pepe Isbert, alcalde de Villar del Río, se dirige a su comunidad disfrazado de flamenco.
Alsina critica el silencio que rodea este encuentro. “Illa debe una explicación”, ha comentado irónicamente, sugiriendo que reconocer esta obligación no siempre se traduce en cumplirla.
El periodista subraya que, tras rehuir un año la aparición pública con Puigdemont, Illa ha cambiado de postura sin ofrecer motivos claros. “Se lo debe a todos los ciudadanos de Cataluña”, enfatiza, reprochando que tras más de noventa minutos de conversación, Illa solo publicara un tuit elogiando “el buen ejemplo” del diálogo.
Alsina se ha preguntado con dureza: “¿Dialogando sobre qué, president? ¿Acaso sus gobernados no tienen derecho a saber?”. El momento fue descrito como incómodo para Illa, que se mostraba “con la cabeza baja” frente a un Puigdemont visiblemente satisfecho y en una posición de ventaja.
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Juan Fernández-Miranda Marcos Lamelas. Barcelona
El monólogo continuó abordando la cuestión de la amnistía, donde Alsina rechaza su presentación como una novedad. “La amnistía siempre fue una operación política”, ha afirmado. Según su opinión, el PSOE y el PSC han “blanqueado” a Puigdemont.
Además, recordó que antes de la reciente reinterpretación de la ley por parte del Supremo, Pedro Sánchez ya había concedido una amnistía política a Puigdemont. “Lo amnistió la noche del 23 de julio de 2023, cuando lo necesitó para permanecer en el poder”, expone, añadiendo que las negociaciones subsiguientes son simplemente una formalización de un acuerdo político preestablecido, “en contra del criterio mayoritario de la sociedad española”.
Alsina también desmantela el argumento de que el encuentro en Bruselas implique la “normalización” de Puigdemont. “Ni normalización, ni rehabilitación, ni blanqueamiento. Todo eso ya existía”, subraya, recordando que Junts sigue presente en las instituciones desde 2017 y que Puigdemont se mantiene como diputado autonómico, aunque lo haga desde Waterloo.
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Nacho Alarcón. Bruselas
“Algunos medios hablan de que Illa ha roto el aislamiento institucional de Puigdemont. ¿Qué aislamiento?”, cuestiona Alsina, enumerando los múltiples acuerdos entre el expresident y el PSOE en los últimos años, desde la reforma del Código Penal hasta varias negociaciones en el Congreso.
El comunicador dirige una crítica hacia el Ejecutivo central, sugiriendo que la reunión no pretende tanto complacer a Puigdemont como recordarle su rol esencial en la estabilidad parlamentaria. “Se trata de recordarle que aún no lo han olvidado. Aunque todavía no han abonado todas las deudas, están en proceso”, afirma. También insinúa que Puigdemont empieza a mostrar inquietud por promesas no cumplidas sobre su regreso a Cataluña, y en este contexto, el gesto de Illa se presenta como una nueva forma de consolidar su deuda política tras las elecciones de 2023.
Finaliza su análisis planteando otra pregunta directa al Gobierno: “¿Cuándo planea Sánchez reunirse con Puigdemont?”. Tal cuestión, según subrayó, ni siquiera tuvo respuesta por parte de la portavoz del Ejecutivo.
