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- Al aficionado bético siempre se le exige lo mejor en los inicios, y lo visto en este encuentro recordó a los viejos defectos de un Betis que necesitaba mejorar antes del cierre del mercado el 1 de septiembre.
La expectación inicial fue breve en Heliópolis. El renovado Real Betis, bajo la dirección de Manuel Pellegrini, a pesar de contar con solo dos nuevas incorporaciones en el once inicial, volvió a mostrar viejas carencias. Pese a haber logrado adelantarse en el marcador gracias a una jugada que comenzó con Altimira y culminó con Aitor Ruibal, el equipo no pudo mantener la ventaja y acabó llevándose únicamente un punto ante el Elche, un club recién ascendido. Este problema, que el Betis ya había afrontado en la pasada temporada, volvió a evidenciarse, dejando al equipo con una sensación de insatisfacción.
La dirección deportiva del club debe evaluar la necesidad de reforzar el equipo en el mercado de fichajes, especialmente con la llegada de Antony. Paralelamente, Pellegrini debe encontrar una estrategia alternativa para asegurar la obtención de puntos, algo crucial en la lucha por un sueño europeo. La defensa necesita mejoras, especialmente frente a equipos como el Elche, donde la falta de presupuesto no debería significar una menor exigencia.
A pesar de las numerosas ausencias, incluyendo la de Isco Alarcón, esto no puede ser entendido como una justificación para la actuación del equipo. Aún se espera más de los refuerzos, pero el Betis contaba con los elementos necesarios para obtener un resultado diferente en este primer encuentro. La actuación del Elche, que apenas amenazó la portería de Pau López en la primera parte, pone de relieve que había oportunidades que no supieron aprovechar.
El Betis 2025 vuelve a recordar al de la temporada pasada. Pareciera que no ha pasado el tiempo desde esos encuentros en Mendizorroza, Gran Canaria o Valladolid, donde se dejaron puntos valiosos en el camino. Esta primera jornada del campeonato dejó claro que el equipo mostró destellos de calidad, pero muy por debajo del nivel competidor necesario para ganar en la alta competición.
La filosofía de juego de Eder Sarabia, que propone un control del balón, se volvió cada vez más difícil de sostener para el Betis conforme avanzaba el encuentro. En la primera parte, el equipo logró mantener la cohesión defensiva, pero los cambios realizados por el entrenador del Elche resultaron más efectivos que los del propio Pellegrini. La inclusión de Rafa Mir brindó al Elche un impulso que les permitió lograr el empate, dejando al Betis en una situación vulnerable.
No lograron los verdiblancos interpretar el desarrollo del partido ni cerrar el encuentro cuando tuvieron la oportunidad. El Cucho Hernández desperdició un claro mano a mano y, poco después, Chimy Ávila falló un contragolpe en una serie de ocasiones que fueron casi los últimos intentos notables. En una sorprendente reacción, el Elche mostró fuerza tras la segunda pausa de hidratación, y una acción defensiva inadecuada llevó a Germán Valera a marcar el gol de la igualada.
Aitor Ruibal fue el jugador más destacado del Betis, desempeñando un papel vital en el encuentro. Si la temporada pasada comenzó como delantero, en este partido actuó como extremo diestro, mostrando su capacidad de adaptación. Su desmarque al recibir el pase de Riquelme permitió un gol marcado con maestría, estableciendo su presencia como una pieza clave del equipo. Sin embargo, su salida del campo marcó un punto de inflexión en el rendimiento del Betis.
La actuación de Chimy Ávila o Bakambu evidenció los peores hábitos del Betis. La falta de energía se tradujo en un empate decepcionante. Aunque Pellegrini podría considerar positivo sumar un punto fuera de casa, la sensación que dejó el partido en Martínez Valero fue amarga. Al aficionado bético siempre se le exige lo mejor en los inicios, y lo visto en este encuentro recordó a los viejos defectos de un Betis que necesitaba mejorar antes del cierre del mercado el 1 de septiembre.