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- La Carta Anónima En 2012, una carta anónima revitalizó el caso, sugiriendo a la familia que buscara en una finca conocida como Mina Sierra, donde un anciano podría tener información sobre el paradero de su hija.
El padre de María Teresa Fernández mantiene vivo el recuerdo de la última vez que vio a su hija antes de su desaparición el 18 de agosto del año 2000. Aquella jornada, la llevó en coche hasta una parada de autobús en Motril, donde ella se había citado con su novio para asistir a un concierto de Café Quijano. Sin embargo, nunca llegó. El último mensaje que envió a su pareja fue claro: «Puede que tarde, pero voy. Espérame».
Desde aquel día, Antonio Fernández y Teresa Martín han estado en constante espera, confiando en que la Policía encuentre alguna pista sobre el paradero de su hija o que alguien aporte información valiosa sobre sus restos.
Unas amigas la vieron por última vez en la parada, solitaria, alrededor de las 22:00 horas. Fue en ese instante que envió el mensaje a su novio, quien confirmó que ella no llegó al concierto de rock.

Los padres de María Teresa no han dejado de buscarla.Investigación del Caso
La familia de María Teresa presentó la denuncia pocas horas tras su desaparición, ignorando la creencia popular de esperar 48 horas. Su familia actuó rápidamente, argumentando que su hija no encajaba en el perfil de una desaparición voluntaria. Era una joven con planes claros y objetivos futuros.
Hoy, 25 años después y tras miles de páginas de investigación, el paradero de María Teresa sigue siendo un gran misterio. Cada aniversario, los investigadores revisan el caso, tratando de encontrar errores de las primeras indagaciones hasta las últimas pistas que fueron descartadas.
La Búsqueda
Los ciudadanos de Motril se unieron en la búsqueda de María Teresa. En los días posteriores a su desaparición, miles de voluntarios se sumaron a las labores de la Guardia Civil y la Policía Nacional, explorando parques y terrenos vacíos.
Se realizaron excavaciones profundas en la esperanza de encontrar evidencias, además de verificar llamadas telefónicas y testimonios de personas que afirmaron haberla visto en diferentes lugares de España. Asimismo, se tomó declaración a cientos de testigos.
Dos momentos claves marcaron esta investigación: las cartas anónimas recibidas por la familia y las declaraciones de Tony King, quien fue condenado por los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes en Málaga.
La Carta Anónima
En 2012, una carta anónima revitalizó el caso, sugiriendo a la familia que buscara en una finca conocida como Mina Sierra, donde un anciano podría tener información sobre el paradero de su hija. La carta afirmaba que había tráfico de drogas en el lugar, sugiriendo que allí se sabía lo que había ocurrido con María Teresa.
A pesar de que se realizó una búsqueda exhaustiva en esa finca, no se encontró nada relevante. La investigación se continuó pero sin evidencias significativas que esclarecer el caso.
Tony King y Robert Graham
En 2008, antes de la carta sin éxito, se produjo otro giro inesperado cuando Tony King enviaba cartas desde prisión, mencionando a un amigo suyo en España, Robert Graham. Dijo: «Dile que le haré pagar por lo que le hizo a la chica de Motril». Los padres de María Teresa se reunieron con King, llenos de esperanza, aunque al final no se logró obtener información concreta.
Recientemente, la familia ha solicitado un careo entre King y Graham, pero esta reunión nunca se materializó. Tras 25 años, la investigación permanece estancada, aguardando una nueva pista o dato sobre María Teresa Fernández, quien en la actualidad tendría 43 años.