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- El entrenador alemán expresó su descontento con el rendimiento de sus jugadores, señalando que el equipo disminuyó su intensidad después de ir 0-2, además de criticar que no supieron capitalizar la ventaja numérica tras las expulsiones de Morlanes y Muriqi.
El entrenador alemán expresó su descontento con el rendimiento de sus jugadores, señalando que el equipo disminuyó su intensidad después de ir 0-2, además de criticar que no supieron capitalizar la ventaja numérica tras las expulsiones de Morlanes y Muriqi.
“No me ha gustado el partido. Son tres puntos importantes pero no me ha gustado. Tras 2-0 y dos rojas, creo que el equipo ha jugado al 50 por ciento y no me ha gustado. Podemos hacerlo mejor.”
Estas fueron las palabras del seleccionador tras el encuentro, subrayando su posición de que no permitirá un rendimiento “al 50%” en un contexto donde se exige al máximo.
El partido también estuvo marcado por una controversia en la acción que llevó al segundo gol del Barça. Ferran Torres anotó mientras Raíllo permanecía en el suelo tras un golpe en la cabeza, lo que provocó protestas en la grada local. Sin embargo, Flick defendió la decisión del equipo:
“Le digo al equipo que tenemos que jugar hasta que el árbitro pare el partido. Es una decisión arbitral y hay que aceptarla. Si estuviera en el otro lado no estaría feliz. Pero yo les digo que hay que parar cuando para el árbitro. Deben estar concentrados y seguir hasta el final. Es gol.”
A pesar de la controversia, el Barça amplió su ventaja gracias a un destello de Lamine Yamal, quien selló el marcador con un 0-3.
Más allá del resultado, Flick enfatizó su preocupación por la falta de intensidad y continuidad en el juego. El director técnico destacó que no solo es suficiente ganar, sino que el Barça debe mantener la concentración durante los 90 minutos. Su descontento revela la alta exigencia con la que se enfrenta a la temporada, consciente de que el proyecto azulgrana debe trascender a meras victorias cómodas y establecer una identidad competitiva sólida.
El enfado del entrenador deja claro que la exigencia será constante a lo largo de la temporada. Flick observó cómo sus jugadores reducían la marcha en un momento donde se necesitaba un golpe de autoridad. La disparidad entre el marcador y las sensaciones es el origen de su descontento: Flick no busca un Barça que gane “por inercia”, sino un equipo reconocible, fiable y con ansias de dominar al rival.
En Son Moix, los tres puntos regresaron a Barcelona, pero la autocrítica del técnico revela que aún hay mucho por mejorar. Flick desea un crecimiento desde el primer día y que los nuevos fichajes se integren rápidamente en su estilo de juego, basado en la intensidad y la disciplina táctica. Después del partido en Son Moix, el vestuario ha captado el mensaje: el técnico no perdonará relajaciones, incluso en noches de goleada.
