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- La tensión y la preocupación en Hortaleza han aumentado considerablemente tras la detención de un joven de origen marroquí, acusado de agresión sexual a una menor de 14 años en el parque Clara Eugenia.
La tensión y la preocupación en Hortaleza han aumentado considerablemente tras la detención de un joven de origen marroquí, acusado de agresión sexual a una menor de 14 años en el parque Clara Eugenia.
Los incidentes tuvieron lugar en la noche del pasado sábado. Gracias a la intervención de un testigo, los agentes lograron arrestar al sospechoso poco después. La víctima fue llevada al hospital mientras el juez ordenó que el detenido ingresara en un centro de menores mientras avanza la investigación.
La concentración ha sido polémica.
Este suceso ha impactado profundamente en la comunidad local. Muchos residentes han comentado que no es la primera vez que enfrentan problemas de seguridad en el vecindario, indicando que han hecho señalamientos en numerosas ocasiones.
Ante esta situación, los vecinos han reaccionado organizándose en manifestaciones para demandar soluciones a la creciente inseguridad.
A pesar de que la Delegación del Gobierno intentó prohibir cualquier tipo de protesta para evitar altercados, un grupo de residentes se reunió frente al centro de menores en señal de descontento.
Durante la concentración, una vecina, visiblemente emocionada, expresó su temor como madre: “Yo tengo una niña de 14 años… la niña que violaron el otro día era de la edad de mi hija”. Se identificó con el sufrimiento de la víctima y sus familiares.
Con voz quebrada, explicó que la desesperación en la comunidad ha alcanzado un punto crítico, afirmando: “Venimos a protestar porque esto no puede seguir así”. Su mensaje fue claro: no pueden vivir con este tipo de temor.
La preocupación de muchos residentes se centra en la percepción de que varios jóvenes del centro no corresponden a la categoría de menores: “Muchos son mayores de edad, pero están esperando a que les hagan las pruebas… tú los ves y no tienen 16 años”.
Además, la vecina relató que incidentes similares son comunes. Ella misma ha vivido una experiencia inquietante en un centro comercial, donde su hija se sintió amenazada.
Los vecinos estallan ante la situación.
Ella narró que en un centro comercial, los guardias de seguridad tuvieron que intervenir para separar a unos jóvenes que increpaban a sus amigas mientras grababan sus reacciones.
Enfatiza que su objetivo no es rechazar la ayuda a menores en necesidad, pero solicita un mayor enfoque en el control y seguimiento: “No que vengan a utilizarnos, a robarnos o a violar a nuestras niñas”.
El desasosiego se palpaba entre los padres, quienes ahora no se atreven a permitir que sus hijas salgan solas: “No queremos que nuestras niñas no puedan ir de esta calle abajo al supermercado porque tienen miedo, pero qué infancia es esa”, comentó una madre molesta.
El sentimiento de indignación hacia las autoridades fue evidente entre los asistentes. Muchos afirmaron sentirse desamparados y sin representación: “Hoy el Gobierno nos quiere callar”. Exigieron respuesta y cambios immediatos.
También se recordó que la prohibición de la manifestación debía prevenir delitos de odio, lo cual fue interpretado como un intento de ahogar sus demandas. “Hoy se jacta el presidente del Gobierno de que no se podía convocar porque esto sería un delito de odio”.
El joven arrestado permanece bajo custodia en un centro cerrado y el proceso sigue en marcha.
Mientras tanto, en las calles de Hortaleza, la inquietud no cesa. Los vecinos piden un incremento de la presencia policial y acciones concretas que restauren la seguridad en su barrio, que ya no reconocen como el mismo lugar de antes.
