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TENSIÓN: el malentendido de Aroca y González Harbour en Cadena SER

por Redacción de El Triplete
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  • El programa Hoy por hoy, de la Cadena SER y conducido por Àngels Barceló, vivió una tensa discusión entre los colaboradores Javier Aroca y Berna González Harbour en relación al caso Koldo y el juicio de José Luis Ábalos.

El programa Hoy por hoy, de la Cadena SER y conducido por Àngels Barceló, vivió una tensa discusión entre los colaboradores Javier Aroca y Berna González Harbour en relación al caso Koldo y el juicio de José Luis Ábalos. Durante el debate, González Harbour sostenía que no era necesario un veredicto judicial para criticar comportamientos cuestionables, mientras que Aroca ofreció una visión diferente.

En el transcurso del intercambio, Aroca usó una onomatopeya —“po, po, po”— para manifestar su desacuerdo. Esta expresión fue interpretada por Berna como una burla hacia su persona.

 

Confusión y reacción de Berna González Harbour

La periodista, visiblemente perturbada, respondió: “¿Qué? Escucha, me levanto y me voy. ¿Me estás llamando gallina?”. Aroca se defendió, desmintiendo tal acusación y aclarando que su onomatopeya solo pretendía expresar su disconformidad: “He hecho po, po, po, que significa que no estoy de acuerdo contigo, no significa gallina”.

 

A pesar de las disculpas, González Harbour decidió abandonar el programa, lo que llevó a Barceló a intervenir para calmar la tensión. Tras el receso, la presentadora aclaró que había sido un malentendido y reafirmó que ambos colaboradores mantenían una buena relación.

Malentendido cultural: la onomatopeya andaluza

El gesto de Aroca, aunque inadecuado en ese contexto, es parte de una expresión coloquial andaluza, sin connotaciones negativas. Asociarlo con un “cacareo” o insulto distorsiona su origen cultural. Relacionar la expresión con una gallina podría interpretarse como un acto de “andaluzofobia”.

Numerosos medios de comunicación conservadores difundieron la idea errónea de que Aroca había imitado a una gallina. El Mundo mencionó que “el cacareo de Javier Aroca provocó un enfrentamiento”, mientras que Rubén Arranz, de El Independiente, insinuó que el analista “comenzó a emitir un sonido de apariencia cloquear”.

 

Arranz también lanzó insultos hacia Aroca en redes sociales, describiéndolo como un “personaje maleducado y simple”. Algunos medios de extrema derecha, como el columnista Javier Esparza, también usaron este episodio para atacar políticamente a Aroca.

Campaña de desprestigio y andaluzofobia

El incidente ha desencadenado una campaña de odio en plataformas digitales, donde cuentas ultraderechistas acusan a Aroca de ser “misógino” y “progre”. La controversia surge de un malentendido y la manipulación de un gesto espontáneo, convirtiéndolo en un arma política.

La crítica hacia Aroca se acentúa dado que es uno de los analistas de izquierda más audaces del país, siempre dispuesto a señalar las irregularidades de la derecha mediática y sus maniobras.

 

Reflexiones sobre la derecha y extrema derecha

En una reciente aparición en el programa Malas lenguas de RTVE, Aroca ofreció una perspectiva que desafía los límites entre el PP y Vox. El presentador Jesús Cintora iniciaba el debate sobre el concepto de extrema derecha, y Fátima Iglesias afirmaba que “está claro quién es la extrema derecha”, incluyendo a Vox en gobiernos regionales y locales. Aroca, por su parte, aportó un análisis más complejo: “Fátima sugiere que existe una clara distinción, pero quizás desconoce la reciente apertura de una oficina antiabortista en Sevilla por parte del PP para satisfacer a Vox. A su vez, los contenidos educativos en Sevilla han sido alterados por la intervención de Vox en la enseñanza sexual”.

“Vox está en el PP y el PP está en Vox. La realidad es que Vox está ganando terreno al PP”, añadió. A esta afirmación, Iglesias replicó que “ese terreno lo gana el PSOE y el discurso del miedo”. Aroca concluyó: “No, lo gana la sociedad española que no quiere que regrese el fascismo, que se expresa en las urnas”.

Este tipo de análisis reitera la injusticia de la campaña de desprestigio en su contra, evidenciando cómo el rumor del cacareo se usa como pretexto para atacar a los adversarios políticos.

 

 

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